martes, 2 de marzo de 2010

Carta de Arturo Martínez Núñez

Cambio
Arturo Martínez Núñez
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La única constante en la vida es el cambio y la única certeza es la muerte. La semana pasada se publicaron en las páginas de este diario una serie de dimes y diretes que aludían a este servidor. Aprovechare el espacio que gentilmente me brinda El Sur para aclarar un asunto que aunque es del ámbito privado, se ha convertido en tema de controversia y por lo tanto público.
Dejé de colaborar en el Gobierno del Estado de Guerrero a partir del 15 de febrero pasado. Decidí renunciar en un acto de congruencia personal y política. Dejé el cargo de Asesor del Gobernador que con inmenso honor asumí en agosto del 2005 para evitar suspicacias, malos entendidos y mensajes erróneos. Los que acusan sin pruebas a Zeferino Torreblanca de beneficiar a un candidato por encima de otros ignoran (o pretenden ignorar) la condición de demócrata del Gobernador del Estado. Sus amigos, sus compañeros de lucha (antiguos o coyunturales) y los que hemos tenido el gusto de trabajar con él, sabemos que cuando Zeferino dice que no se va a meter a beneficiar a “equis” o “ye” o cuando dice que “no tiene candidato” es completamente honesto. Por eso las acusaciones que surgieron en el transcurso de la semana pasada que decían que desde el Gobierno del Estado de Guerrero se apoyaba con recursos la candidatura de Armando Ríos Piter carecen de todo sustento.
Todas las administraciones tienen claroscuros. Mucho más aquellas cuyas características son las de gobierno de transición. Al gobierno de Torreblanca, al gobierno emanado del PRD, frecuentemente se le juzga y se le evalúa más con las tripas que con la razón. Se le juzga más a partir de las expectativas generadas que a partir de indicadores de desempeño. De nada sirvió que el propio Zeferino se cansara de decir en campaña que no tenía una varita mágica y que gobernar Guerrero estaba cabrón.
Los de casa y los de fuera (y muchas veces los de casa manipulados aviesamente por los de afuera) evalúan al gobierno del PRD en base a las expectativas imaginarias de cada uno. Sin embargo, secretaría por secretaría, rubro por rubro e indicador por indicador, el gobierno del PRD ha sido muy superior a todas las administraciones anteriores. La inversión en obra pública no tiene precedente; el orden en educación y salud es notorio; la formación de una procuraduría continúa en proceso (hay que recordar que no existían ni siquiera archivos en ésta); la transformación de la política de Desarrollo Rural notable y así tema por tema. Sin embargo la evaluación final habrán de hacerla los guerrerenses en su momento, y la propia historia en el suyo. Pero para decirlo en una sola frase: el peor día de la actual administración es mejor que el mejor día de los gobiernos anteriores.
Para Zeferino Torreblanca únicamente tengo agradecimiento, aprecio y admiración. Es el político más trabajador, responsable, comprometido, sereno y austero que he conocido en mi vida. Jamás en cuatro años y medio de convivir cotidianamente con él le conocí una mala forma un desplante o una decisión injusta hacia nadie. Como todos los seres humanos, Zeferino tiene errores, carencias y defectos de carácter que muchos compartimos e incluso superamos ampliamente. Pero me queda la certeza y el orgullo de haber podido colaborar con un hombre íntegro y bien nacido que siempre prefirió el bien del Estado por encima de su propia popularidad o de los afectos personales que pudiera afectar en el proceso. El tiempo pondrá las cosas en el lugar que les corresponde y cuando llegue la soledad propia de todo ejercicio del poder, aparecerán los verdaderos amigos y los advenedizos le negarán tres veces.
Llegué al Gobierno del Estado de Guerrero cuando éste llevaba ya algunos meses de comenzado. Llegué por invitación directa del Gobernador. Llegué al Gobierno con una mochila negra con una computadora dentro y me voy con lo mismo. Llegué conociendo sólo a un puñado de colaboradores de Torreblanca que lo apoyaron en la campaña y me voy lleno de amistades nuevas que espero mantener y seguir procurando. Gracias a todos los que colaboraron conmigo y perdón por mis múltiples fallas.
Durante el tiempo que estuve en el gobierno, solicité licencia para separarme de mi cargo en dos ocasiones. Una para apoyar a mi amiga Gloria Sierra en su lucha por la presidencia de Acapulco y una más para Coordinar la Campaña de Armando Ríos Piter a la diputación Federal. En ambas ocasiones lo hice como perredista convencido y comprometido. En esta ocasión la renuncia es definitiva. Me dedicaré de tiempo completo a trabajar por la unidad del PRD y lograr mantener el Gobierno del Estado en enero del 2011. Aclaro que no soy coordinador de ninguna campaña por la sencilla razón de que aun no existen tales.
El poder debe de ser medio y nunca un fin en sí mismo. La política debe de hacerse para construir y nunca para destruir. Hoy Guerrero y México necesitan urgentemente nuevas razones para luchar. Los mexicanos tenemos derecho a la felicidad y a la esperanza. Es la hora de construir un Nuevo PRD que impida el regreso de los mismos: del Viejo PRI vestido de verde y con piel de cordero. Es la hora del protagonismo de las mujeres y los jóvenes que siempre son utilizados como comparsa y relleno en las luchas políticas. Es la hora de que la Izquierda por fin gobierne a partir de programas claros y acuerdos políticos y compromisos transparentes. Es la hora de entender que unidos somos muchos más que aquellos que piensan que Guerrero y México es de su propiedad.
Es la hora de construir un territorio libre y unido donde quepan todas y todos; donde quepan los que nunca han tenido voz y donde quepan aquellos que compartan la idea de que el nuevo México debe de construirse de la izquierda hacia la derecha, de abajo hacia arriba y de afuera hacia dentro.
arturomn@prodigy.net.mx
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Publicado en El Sur, el 02 de marzo de 2010:

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