domingo, 26 de septiembre de 2010

El debate que Guerrero Necesita, de Sergio Tavira Román

En la edición del 25 de septiembre de 2010 LA JORNADA GUERRERO publicó la siguiente nota:
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El debate que Guerrero necesita
Sergio Tavira Román
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Se ha dado por hecho que Guerrero es el estado más perredista, sin precisar si por su número de militantes, o por la convicción de éstos. El asunto tiene su fondo, porque de repente medio mundo se hizo perredista y de izquierda sin más trámite que autoproclamarse. Así, hasta personajes como Zeferino Torreblanca o Carlos Álvarez se definen como de izquierda, renovadora que es moderna, y enemiga de la que ellos califican como anquilosada que son todas las demás.
También se han autoproclamado de izquierda Ríos Piter, Lázaro Mazón y David Jiménez. En su momento han sido perredistas César Flores Maldonado, Ramiro Solorio, y actualmente lo son la señora Guzmán Visairo y hasta el magnate pollero Granda. Jesús Ramírez Guerrero casi se hace perredista y de izquierda, lo que se frenó cuando se protestó por tal pretensión. En este marco pocos reclamaban lo que sucedía, hasta que llegó la candidatura de Aguirre Rivero al Dia.
Esto ha hecho de la izquierda moneda barata, algo así como mercancía de tianguis. Se dice de izquierda el que se echa porras con el adversario político, el que se toma la foto con el peor enemigo político, el que pasa por gobiernos de tres partidos en record Guiness, el que escribe cien artículos contra el PRD y luego otros cien contra el PRD, el que ataca al ayuntamiento del PRD y calla con el del PRI, todos son de izquierda aunque sean empresarios o grandes comerciantes.
No ser de izquierda no es malo, a quien no lo sea todavía le queda en el espectro político ser demócrata, que es menos grave que creer que engaña a los demás proclamándose de izquierda. Pero qué necesidad, si con ser honrados y honestos basta. Pero se dice de izquierda el presidente municipal corrupto, el regidor sumiso, el dirigente desleal a su partido, o el que apoya a un precandidato de izquierda y pacta con cualquier otro porque es ahora o nunca que pesca algo.
Ser de izquierda compromete más allá de una contienda por una candidatura, tiene que ver con lo social por encima de lo privado, con la igualdad y la justicia por encima de la comodidad del debate coyuntural tramposo, con los principios y las convicciones por encima de la aspiración de un cargo a cualquier costo, con el análisis responsable por encima de la diatriba y la acusación fácil, tiene que ver con el respeto a los pactos que haga, contrario a pactar y faltar a su palabra.
La izquierda es de humanos, y quien se conduce en ella puede equivocarse pero no traicionar, ni ser desleal, ni corrupto, ni deshonesto en el debate como pretenden algunos francotiradores escondidos en el anonimato, o en la etérea sociedad civil. Acusar falsamente de traición ha llevado a la muerte a personajes de la izquierda. En México, acusando de oportunismo, una fracción de la L23S condenó a ser ejecutados a los militantes del Partido Comunista Mexicano.
El debate que pretenden algunos es limitado, se reduce a la candidatura de los partidos del Dia, nada o poco dice de una posible rebelión social. Ser de izquierda significa comprometerse en las aspiraciones sociales no sólo enunciativamente, sino en la práctica, en la acción. El optimismo de los intelectuales de izquierda dice que nada puede garantizar Aguirre Rivero o, peor, aseguran que no cumplirá. Extendido este optimismo, ¿quién ofrecía garantías por el resto de aspirantes?
Muchos analistas negaban toda posibilidad de cumplimiento de un programa de gobierno de izquierda, y la de triunfo a cualquiera de los precandidatos del PRD, y luego votar en blanco, o quién sabe qué pero no apoyar opción alguna de los partidos del Dia. Lo importante para otros es llevar adelante el debate, hasta que pasen las elecciones y demostrar que lo importante es perder, para que el PRI regrese a Casa Guerrero, porque ser de izquierda es tener convicción de derrota.
Aguirre no es de izquierda, ni debe proclamarse como tal porque sonaría falso, pero puede enarbolar el programa de gobierno del Dia, con la nueva Constitución de la que ha hablado, y el ataque a los más graves problemas de la entidad. Si forma un gobierno de coalición, y promueve una reforma que garantice volver al campo, enfrentar el hambre, el analfabetismo, y el déficit en vivienda, estará cumpliendo las expectativas del gobernante que Guerrero requiere desde que se dio la alternancia. Este es el debate que Guerrero necesita.
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