No cumplieron con vigilancia en escuelas: maestros; cierran 170

Dejan mantas en secundarias de Renacimiento y la Zapata, con acusaciones

HÉCTOR BRISEÑO

Maestros de escuelas públicas de Acapulco que se mantienen sin laborar desde el pasado 25 de agosto, en exigencia de mejor protección policiaca, cumplieron su advertencia y no laboraron en 170 planteles de la zona suburbana, al constatar que la autoridad no cumplió con vigilar las inmediaciones de las instalaciones más alejadas del centro de la ciudad.

Denunciaron que los patrullajes fueron escasos o nulos, “sí hubo vigilancia, pero en las escuelas privadas”, reprocharon.

La Secretaría de Educación Guerrero (SEG) indicó que únicamente fueron cerrados 52 planteles, pero los maestros lo negaron, y puntualizaron que efectuaron un censo para precisar la cifra, lo que equivale a 3 mil 500 mentores sin presentarse y 50 mil alumnos sin clases.

“Queremos la presencia del Ejército y Marina”, exigieron en conferencia de prensa. Entre los profesores existe tensión, miedo, pero más desconfianza. No fotografías, no nombres, pues “no nos conocemos todos”. Temen a “infiltrados”.

La aparición temprana de una manta con mensajes acusatorios relativos a bandas delictivas, en la secundaria federal 6 de la colonia Zapata, incrementó la ansiedad entre la plantilla laboral, que por segunda semana consecutiva se concentró en la coordinación de la región Acapulco-Coyuca de Benítez, donde decenas de profesores esperan una respuesta oficial.

Aseguraron que también aparecieron mantas con el mismo mensaje en la secundaria 9 de Renacimiento, el Cbetis 116 y en la coordinación de los servicios educativos de la zona sur.

Criticaron que a una semana del paro definitivo, la secretaria de Educación del estado, Silvia Romero, no se haya presentado a dialogar.

En la secundaria técnica 104 Emiliano Zapata, de la colonia Libertadores, docentes explicaban a padres de familia el motivo de la suspensión de labores,

Un trabajador confió que los propios padres pidieron recorrer la entrada de 7 a 8 de la mañana, desde que la Comercial Mexicana se incendió el 4 de abril pasado, producto de un enfrentamiento entre elementos de la Base de Operaciones Mixtas Urbanas y delincuentes, que provocó además que 110 puestos de un tianguis se consumieran por el fuego. “Hay mucha preocupación”, expresó.

Los testimonios refieren balaceras, hechos criminales como levantones o secuestros, asaltos, detenciones de jóvenes con uniforme escolar sin motivo alguno.

Ubicada en el polígono D-1 de Acapulco, división utilizada por el ayuntamiento para delimitar las áreas de pobreza, a unos 500 metros del transitado bulevar Vicente Guerrero, la 104 es reflejo de la realidad de las escuelas del puerto edificadas en zonas populares, en sitios olvidados por la autoridad, donde el paisaje urbano cambia drásticamente de múltiples y desordenados locales comerciales y tránsito vehicular en exceso, a largos tramos de concreto y maleza solitarios, rebosantes de agua, tierra y lodo, sin alumbrado, paredes blancas de 120 metros de longitud rayadas con grafiti negro y un módulo de policía abandonado, donde una planta crece.

En el jardín de niños Rafael Ortega, de la Zapata, la situación es similar: un plantel ordenado y limpio, en medio de un contexto contrario, donde se interceptan calles de tierra y cemento, anarquía urbana, puestos callejeros de comida, y riachuelos de agua que brota de alcantarilla en medio de la tierra deslavada por la lluvia.

“No regresaremos a las clases hasta que termine la inseguridad, es la única petición”, recalcaron los docentes, quienes anunciaron que repartirán guías de estudio a los alumnos para que puedan mantenerse activos en sus hogares.


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