Corrupción en las adquisiciones del gobierno estatal
Xavier Carreto A.
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En los inicios de los dos últimos dos sexenios, por lo menos, los guerrerenses nos hemos enterado de los actos de corrupción en dependencias del gobierno estatal, particularmente en las Secretarías de Educación y Salud, que son, por cierto, las dos con mayores recursos; se sabe que en ambas se gastan dos tercios del presupuesto estatal. En 2005, nos enteramos que en la de Educación había un déficit de miles de millones de pesos por la asignación de plazas sin soporte presupuestal y en Salud de adquisiciones fantasmas comprobadas con facturas apócrifas de empresas inexistentes, entre otras de las denuncias presentadas entonces.
En este año, igualmente estamos informados de los actos de corrupción cometidos en las mismas dependencias, en Educación sigue el lío de las plazas sin techo presupuestal y la falta de pagos al ISSSTE, a Hacienda. Tratándose de Salud las acusaciones son por compra de equipos y medicamentos por encima de su valor en el mercado, obras asignadas sin concurso público.
Un ejemplo de los precios inflados en compra de equipo médico lo dio el ex secretario de Salud, José Ángel Córdova, cuando en una comparecencia ante la Comisión de Salud del Senado en 2010, dijo que en la contingencia por el AH1N1, la dependencia a su cargo había comprado ventiladores mecánicos por 250 mil pesos, mientras algunas entidades, entre ellas Guerrero, habían adquirido este mismo equipo por un millón de pesos. Hace seis años como ahora, se habla de castigos a los funcionarios involucrados y hasta la fecha ninguno de los responsables ha sido sancionado.
Cuando las adquisiciones de bienes y servicios gubernamentales se hacen en condiciones de escasa competencia y poca transparencia, como ha sucedido en Guerrero y al parecer va a seguir pasando, sin lugar a dudas, aumenta la probabilidad de comprar caro y mal. Nuestros gobiernos estatales que concluyeron hace seis años y también el de hace seis meses llevaron a cabo compras de bienes para el servicio público, con un marco legal ineficiente.
Un dato adicional que completa la visión depredadora que los guerrerenses tenemos de nuestra clase política y de estos gobiernos, es la conocida este 13 de septiembre, con los datos presentados por el Instituto Mexicano de la Competitividad, en el estudio: “Las mejores y las peores leyes en la promoción de competencia en las compras gubernamentales”, que ubican a nuestra entidad en el último lugar de los 32 estados de la república mexicana por carecer de calidad normativa en adquisiciones y arrendamientos. Las calificaciones van de 23.2 puntos para Guerrero a 70.7 del Distrito Federal de 100 puntos posibles.
Este mismo documento señala que los gobiernos estatales en México realizan sus compras usando leyes de adquisición deficientes, ya que éstas abren espacio a la discrecionalidad. Y se concluye que el sistema legal utilizado para la adquisición de bienes y servicios tiene huecos por la discrecionalidad, donde penetra la corrupción, la cual favorece a unos proveedores sobre otros para inflar costos. Una buena ley por sí misma no garantiza mejores adquisiciones, pero una mala aumenta la posibilidad de prácticas corruptas como las padecidas en nuestra entidad.
Si no queremos dentro de cuatro años, cuando concluya el periodo del actual gobierno, escuchar nuevamente las denuncias de actos de corrupción cometidas en estas mismas dependencias o en otras de la administración pública estatal, que tanto daño hacen al bienestar de los guerrerenses porque se nos priva de los beneficios de los escasos recursos públicos de los que se dispone; se deben tomar las medidas pertinentes y anticiparse con acciones preventivas , desde ahora por las instancias competentes como la Contraloría Estatal, la Auditoría General del Estado (órgano técnico del Congreso Local), la Auditoría Superior de la Federación (órgano técnico de la Cámara de Diputados). Igualmente, nuestros legisladores deben comprometerse más, pues existe un amplio espacio para reformar y mejorar el marco legal de las adquisiciones tanto de bienes como de servicios.
Por otra parte, también nuestro Congreso local no se ha caracterizado por la transparencia y la rendición de cuentas, ya que hasta ahora no se sabe cómo ejercen su presupuesto y ellos deberían empezar a poner el ejemplo, si queremos que se terminen estas prácticas corruptas que hacen millonarios cada sexenio a un puñado de funcionarios y continuar empobreciendo a la mayoría de los guerrerenses.
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Consulta en:
http://www.lajornadaguerrero.com.mx/2011/09/25/index.php?section=opinion&article=002a1soc
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