viernes, 16 de septiembre de 2011

Las revelaciones de Rubén Figueroa Alcocer

Las Revelaciones de Figueroa
Jorge Valdez Reycen
.
Rubén Figueroa Alcocer opera a sus anchas. Aporta revelaciones de lo ocurrido el 6 de agosto del 2010, cuando Beatriz Paredes Rangel ungió a Manuel Añorve Baños como candidato del PRI a la gubernatura y Ángel Aguirre Rivero definió, 20 días después, abandonar 30 años de militancia priísta y perfilar un “Malovazo” en Guerrero.
Figueroa Alcocer, el 28 de agosto de 2010, declaró que “no se asusta” con la salida de Ángel Aguirre Rivero del PRI, porque “Guerrero no es Sinaloa, ni Oaxaca, ni Puebla. No entiendo –agregó en declaraciones al reportero Daniel Velázquez— cómo un partido (el PRD) que lucha durante tanto tiempo (contra el PRI), gana el gobierno (al PRI) y luego le entrega la candidatura a un priísta, eso yo no lo entiendo”, dijo.
Un día después de que Aguirre Rivero hizo pública su renuncia al PRI, Figueroa convocó a periodistas y concedió una entrevista de 25 minutos, donde el ex gobernador se notó visiblemente alterado por la dimisión de Aguirre Rivero. Rechazó que él y René Juárez Cisneros hayan impedido que Ángel Aguirre fuera el candidato. “Nosotros no somos quienes definen las candidaturas”, en el PRI, y acusó al senador de no “honrar su palabra”.
Figueroa Alcocer llegó minutos antes de las cuatro de la tarde al restaurante Vips de la Diana, acompañado por el diputado local Héctor Vicario. Saludó con una pregunta “¿Qué quieren que les platique?”.
De Aguirre Rivero dijo: “Se va el señor, pues que se vaya, allá él y sus sentimientos”, expresó. De su apoyo a Añorve Baños “es porque se disciplinó en 1999, cuando ganó René Juárez la interna para gobernador”. Añadió: “No te equivoques: una cosa es que te diga mis sentimientos, y otra cosa es que me preocupe y me ponga yo a llorar. No, yo no me pongo a llorar, ni me preocupo. Y me vas a ver trabajando desde mañana, en todas las partes que me responsabilice el partido para sacar adelante al PRI, que es lo que he hecho toda mi vida”.
–Entonces Aguirre ¿perdió la brújula? —se le preguntó.
–No, no creo que haya perdido la brújula. Perdió el cariño por el PRI, nada más, y se acabó. Yo creo eso… yo no actuaré peyorativamente con nadie que fue mi compañero.
Sin embargo, Figueroa confesó que la renuncia de AAR le causó “sorpresa, desilusión, tristeza, pena y frustración”. Frustrado, dijo, “por la actitud de Ángel, porque si a un hombre le das todas las oportunidades, toda tu amistad, todo tu afecto y todas las oportunidades y te paga así, yo hablo de mí, a mí me duele, me lastima y me frustra, a mí en lo personal. Y sí me afecta, porque me parece que no era un acto correcto, que yo, que fui su amigo, que le serví y lo formé en la vida pública de Guerrero”.
Para Rubén Figueroa “dos principios debe tener el ser humano: la lealtad y el agradecimiento”. Recordó que “la mañana del seis de agosto, en un desayuno en la casa de Jesús Murillo Káram, se acordó que el candidato sería Añorve, y en la reunión con la dirigencia nacional fue lo mismo y (Ángel Aguirre) estuvo totalmente de acuerdo, no expresó ninguna inconformidad de ninguna especie, por el contrario, felicitó muy cordial y cabalmente a Manuel”.
Figueroa Alcocer definió la trayectoria política de Ángel Aguirre: “yo lo hice gobernador”. Reveló que cuando era inminente su solicitud de licencia a la gubernatura de Guerrero, el presidente de la República, Ernesto Zedillo y el secretario de Gobernación, Emilio Chuayfett, le preguntaron quién era el mejor calificado para sucederlo en el cargo “y yo les dije que el mejor calificado en ese momento era el licenciado Aguirre Rivero. Y fue para obsequiarle (a AAR) el deseo de ser gobernador, era una forma mía de resolver el problema (de Aguas Blancas) que fuera él gobernador, aunque sea por tres años –que es una gran distinción para cualquier guerrerense—por eso llegó. Yo se lo sugerí al presidente de la República”.
La víspera de solicitar licencia al Congreso del Estado, Rubén Figueroa Alcocer citó en su casa del Distrito Federal a Ángel Aguirre Rivero. Lo recibió la señora Silvia Smutny de Figueroa. Rubén le dijo a su esposa: “¿Ya saludaste al que va a ser el nuevo gobernador de Guerrero?”. Ella guardó silencio, Figueroa abrazó a Aguirre y le dijo: “A ti y a mí nos quitaron tres años. Felicidades, señor gobernador”.
Figueroa recuerda en el Vip’s de la Diana que “así fue gobernador interino Ángel y le cumplí el deseo que tenía de ser gobernador. Luego el PRI le dio el paso de ser diputado de nueva cuenta y luego senador, que aunque perdió entró como primera minoría y se hizo senador”, recordó.
Otra revelación: “cuando ocurrió el rompimiento entre Elba Esther Gordillo Morales y Roberto Madrazo Pintado, todos los priístas de Guerrero, incluido René Juárez, intervenimos para que no le quitaran la comisión que tenía Aguirre en la Cámara de Diputados.
“A mí me causó una gran sorpresa, y se los digo con honradez, una gran desilusión en lo personal, porque yo fui quien lo impulsó en forma política importante en Guerrero, pues lo hice gobernador del estado”.
--¿Es un reproche?
--Yo no reprocho. Le platico lo que pasó y le digo por qué me sentí mal. Si me hubieran hecho una apuesta de que se iría Aguirre, yo hubiera perdido. Yo hubiera apostado que no… pero me equivoqué”.
Figueroa reveló que Manuel Añorve le pidió en 1999 su apoyo y respaldo. “Era muy joven, tenía menos experiencia en su vida pública. Añorve me buscó, pero le dije con honradez que estaba con René Juárez. Pero Añorve no dejó el PRI, al no ser favorecido con la candidatura, sino que trabajó y luchó por una oportunidad que fue la candidatura a alcalde de Acapulco, que nadie quería”.
Refuta que la reciente candidatura de Añorve fuera producto del “capricho” de Figueroa. “Como si nosotros hubiéramos agarrado a Beatriz y a todos. No, el PRI es una institución que se maneja por decisiones de su comité ejecutivo. Todos tenemos madurez política y sabemos ser agradecidos con nuestro partido. Las respetamos (las reglas). Todo me lo ha dado mi partido y seré leal con mi partido y me moriré siendo leal con mi partido. Los demás, que hagan lo que ellos quieran”.
Sobre lo que su hijo Rubén Figueroa Smutny dijo acerca de Aguirre Rivero, a quien llamó “cínico, traidor y mentiroso”, Figueroa Alcocer dijo que no hablaría por su hijo, “porque ya tiene más de 40 años”. Sobre las declaraciones hechas por Manuel Añorve, quien se refirió a Ángel Aguirre como “cacique”, Figueroa Alcocer dijo que no calificaría peyorativamente a nadie, porque en política esa es una mala práctica y se debe debatir con ideas, planteamientos y trabajo.
“El tiempo nos va a poner a cada quien en su lugar y espero que el tiempo no sea muy largo, va a ser para abril del año que entra”, finalizó así aquella entrevista del 28 de agosto del 2010.
El domingo pasado, en Acapulco, Figueroa Alcocer reapareció en un mitin en Renacimiento. Allí, con su sola presencia, orientó la cargada priísta hacia el ex perredista César Flores Maldonado y frenó súbitamente a Fermín Gerardo Alvarado Arroyo. Además, mandó un mensaje a Manuel Añorve que “se serene”.
Para despedirse, recordó: “no me río de nadie, ni lanzo denuestos contra nadie, ni ironizo a nadie”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario