XAVIER CARRETO A.
Cómo superar la pobreza que afecta a 67 por ciento de los guerrerenses? ¿Qué hacer para limitar la inseguridad pública en el territorio estatal? ¿Cuáles acciones emprender para incrementar el turismo? ¿Se hace o no se hace La Parota? ¿Cómo lograr que el gasto público en educación y salud sea eficiente y honesto? ¿Qué medidas tomar para tener conductores de transporte público civilizados en Acapulco? ¿Cuáles tareas realizar para abatir el rezago educativo que limita el quehacer de 51 por ciento de los guerrerenses mayores de 15 años? ¿Quiénes son los políticos mejor calificados que debemos elegir en 2012?
Estas preguntas y algunas más referidas a la problemática que vivimos en el estado de Guerrero son importantes de contestar si aspiramos a vivir mejor. No obstante, lo relevante que pudieran ser las respuestas, tenemos que reconocer la dificultad para realizar debates públicos racionales y serios, orientados a resolver los cuestionamientos enumerados. En otras palabras, lo racional implica la aportación de datos verificables, el contraste de argumentos, el conocimiento de experiencias similares en otras entidades federativas y en otros países.
En este propósito de aportar ideas, se debe considerar no hacerlo pensando en el corto plazo y obnubilados por la confrontación política, sino en utilizar estas propuestas para mejorar las políticas públicas que beneficien a la mayoría de la población. El avance de una sociedad se nutre de buenas ideas, pero sólo con instituciones y organizaciones independientes al igual que críticas, que se anticipen a los problemas, sin prejuicios ideológicos, éstas podrán asumir esa responsabilidad.
En el contexto guerrerense quienes o cuales instituciones u organizaciones ayudarían, la verdad no se ve. Sin embargo, el potencial de nuestras universidades e instituciones de educación superior como la Autónoma de Guerrero, la Americana de Acapulco, la Loyola del Pacífico, el Centro Universitario Español, los Tecnológicos Regionales en Acapulco, Iguala, Chilpancingo, entre otras, podrían ayudar a concretar la creación de Centros de Investigación y Reflexión que jueguen un papel protagónico en la toma de decisiones. Este planteamiento se origina y se practica en el mundo anglosajón y se conoce como los Think Thank, lo cual habría que aplicar en Guerrero. Si en nuestra entidad hay ideas, propuestas, es necesario que éstas se expresen y se lleven a la práctica.
Tomemos una de las preguntas planteadas al inicio, ¿conviene o no al interés de los guerrerenses que se concrete el proyecto de La Parota? Pues habría que analizarlo, en lugar de hacer protestas, no limitar el asunto a defender intereses particulares y de grupo utilizando solo argumentos políticos. Que un grupo de expertos elabore, mediante debates, consultas, intercambio de ideas e investigaciones, considerando la realidad económica, social y política; un documento con visión de largo plazo si se concreta o no el proyecto.
No se trata de hacer una tesis doctoral o un trabajo académico, en estricto sentido, sino de papeles que puedan ser utilizados por quienes toman las decisiones. Se trata de tomar decisiones informadas para servir a la colectividad. Lo mismo podría hacerse para mejorar los servicios de salud, educativos, seguridad pública que tanto nos hace falta. O solventar cualquier otro problema de los muchos que nos mantienen viviendo en el rezago.
Si a esto le agregamos una sociedad abierta y participativa, medios de comunicación comprometidos con la calidad de la información y no con los contratos de publicidad gubernamentales, una clase política seria y responsable con visión de futuro, no sometida al ciclo electoral; al igual que un grupo de empresarios cultos y desprendidos, seguramente Guerrero sería otro.
Por otro lado, de nuestro ideario debe formar parte la responsabilidad individual. No toda la carga es del gobierno y el esfuerzo personal también sirve, hay que puntualizar que el esfuerzo de cada uno, la disciplina y el trabajo cotidiano bien hecho son una contribución esencial para la sociedad. Debemos pensar que no se puede recibir un subsidio o ayuda del gobierno, sin hacer algo a cambio, salvo que alguna discapacidad nos limite.
Una sociedad sin ideas, así como su falta de aplicación, que no es nuestro caso, está condenada a vivir en el atraso por siempre n
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