lunes, 29 de noviembre de 2010

Voto de castigo

CONCIENCIA CIUDADANA.

Raúl Méndez Díaz.
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VOTO DE CASTIGO.
Como nunca en la historia de Guerrero, el proceso electoral para elegir gobernador del estado en enero de 2011, ofrece un panorama con características especiales, entre las que destaca la distribución del poder entre los partidos políticos, en la administración pública federal, estatal, municipal y en el congreso local.
Todos los partidos políticos involucrados en esta elección, con o sin coaliciones, participan en mayor o menor medida en el ejercicio del poder, desde el mismo Gobierno del Estado, en delegaciones federales, en Cabildos municipales o en la cámara de diputados. En la actualidad, mucho abona al triunfo electoral, los resultados de ese ejercicio del poder; ahora la ciudadanía en general está muy bien informada y cada vez más exigente de que los servidores públicos desarrollen bien su trabajo y con humildad en beneficio de la población y no para beneficios personales. “El pueblo es el que manda”.
De las exigencias que cobran mayor relevancia está el trato digno a la gente en las oficinas públicas. Ahora los ciudadanos ya no se callan y sin tapujos reclaman de frente su inconformidad de que solo en épocas de campaña los saludan de mano y “a ras de piso”, los abrazan, los besan y “apapachan”, bailan y cantan con ellos en amenas convivencias; es algo parecido a una “luna de miel”, que generalmente se termina cuando se llega al poder y eso se demuestra en la actualidad con muchos presidentes municipales, síndicos, regidores o diputados, que pronto se olvidaron de esa cordialidad y camaradería demostrada en su campaña electoral y que una vez que llegaron a la silla anhelada, se han olvidado de quienes con su voto los hicieron ganar.
Cotidianamente se escuchan voces de inconformidad de que muchos representantes populares ni siquiera otorgan el mandato constitucional de la audiencia; las quejas son al por mayor de que se encierran a piedra y lodo en sus confortables oficinas y la atención al público se realiza con una rigurosa y elitista selección. En las salas de espera suelen escucharse expresiones de inconformidad e impotencia de que ya son “unos paquetudos”, “ya se les olvidó” “ya no nos conocen”; eso cuando menos, pero en otros casos, los recordatorios familiares no solo se piensan, sino en varias ocasiones se expresan sin recato alguno para los “jefes” o subalternos, auxiliares o secretarias, o para cualquier “servidor público” que no atiende o lo hace de mala gana, en forma grosera; lo mismo en oficinas o en hospitales o en centros de salud, en fin, en cualquier área de servicio público.
Todo eso, repercute en el ánimo de la ciudadanía, que en los procesos electorales tiene la sartén por el mango y con facilidad se desquita con su voto de castigo, no para quien se la hizo, pero sí para el candidato o partido que se la pague. La gente también se molesta de la actitud de los que portando calcomanías de los candidatos en sus vehículos, actúan con arrogancia y soberbia y es cuando se oye: “si así se portan ahora, cómo serán cuando ganen”. En las elecciones se tienen que cuidar hasta los detalles más insignificantes; la gente ya está hastiada de la simulación, del engaño y de la soberbia y tiene un arma muy poderosa que se debe evitar: el voto de castigo.
“TODOS POR UNA MEJOR CONCIENCIA CIUDADANA.”
mendezdraul@hotmail.com

Sobre el proceso para elegir gobernador en 2011

La izquierda o el caciquismo

Celestino Cesáreo Guzmán
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A la sociedad guerrerense
A la izquierda suriana
A los militantes y simpatizantes del PRD
Desde 1988 la sociedad guerrerense ha sido vanguardia en el movimiento por la democratización de la sociedad mexicana. En aquel año el movimiento democrático del estado se constituyó en uno de los más cardenistas del país, en contra del priismo más atrasado del país: El figueroismo.
En 1989 los guerrerenses tuvimos el honor de estrenar el registro del Partido de la Revolución Democrática, que surgió de aquel movimiento. Desde entonces el perredismo suriano ha ido a la alza, hasta que en 2005 logramos la alternancia, que desgraciadamente no cumplió con las expectativas de cambio al que aspirábamos los guerrerenses.
El artero asesinato de Armando Chavarría y la falta de unidad en el partido nos impidió procesar una propuesta para el proceso electoral de este año, surgida de las filas de la izquierda, por lo que hemos decidido ir a esta contienda con la candidatura de Ángel Aguirre Rivero, para evitar la restauración del régimen autoritario y caciquil, que significaría un retroceso de décadas para la democracia guerrerense. Esta decisión fue tomada por las instancias del PRD.
Por su valentía para romper con el viejo partido autoritario, su disposición a representar el proyecto de las fuerzas democráticas y la experiencia que ha acumulado en una vida de carrera política, Aguirre Rivero es una garantía para representar a las fuerzas progresistas del estado y sacar a Guerrero de la injusticia y el atraso. Aguirre Rivero puede ser el gran transformador de Guerrero.
En la disputa interna el Polo Guerrerense de Izquierda fue a esta contienda con la precandidatura del senador David Jiménez Rumbo. Frente a la incapacidad de los mecanismos internos para procesar una candidatura propia y para evitar ir divididos, fuimos los primeros en aceptar que nuestro abanderado fuera Ángel Aguirre.
Sabíamos que al asumir esta candidatura tendríamos que pagar un alto costo político que nos cobrarían los aliados del caciquismo, pero por defender el proyecto de izquierda bien valía correr esos riesgos. No tuvimos que esperar mucho para comprobarlo.
Como respuesta inmediata nuestra expresión política fue desplazada de su responsabilidad en el Congreso local; un miembro del Polo tomó su propio camino y traicionando los principios de la izquierda ha decidido embozadamente unirse al candidato del caciquismo, anteponiendo sus intereses personales a los de la sociedad guerrerense.
Si bien es doloroso darnos cuenta que este compañero que durante años estuvo de este lado e incluso ocupó roles de dirección en el partido, y de representación popular, ha decidido poner esa experiencia al servicio del caciquismo, no nos sorprende, pues desde hace tiempo había mostrado sus inclinaciones a la traición. Es falso que anulará su voto. Es falsa su lealdad al PRD. Es falsa su lealdad a Armando Chavarría. Mientras Chavarría construía afanosamente su candidatura, el ya operaba para el entonces alcalde de Acapulco.
Hoy ese antiguo compañero busca justificar su alianza con los enemigos del pueblo, con discursos hipócritas, donde llama principios a la perfidia y lealtad a la ingratitud, se olvida que fue el partido y el Polo los que le dieron acceso a puestos y cargos, para él y para los suyos, ahora nos da la espalda para ir a subastar su experiencia con el candidato del figueroismo.
Sin embargo, desviar la atención de la sociedad en un intercambio de dimes y diretes, sembrando desconfianza e insidia, sería derrochar las fuerzas que hoy debemos dedicar a la construcción de la victoria de los sectores progresistas del estado. No caeremos en su juego. No nos van a dividir. En el PGI estamos más unidos que nunca. No serán las palabras sino los hechos los que pongan a cada quien en su lugar.
La coalición Guerrero nos Une va a ganar; hay unidad. Por más que nuestro ex compañero vista de amarillo a sus nuevos acompañantes de aventura.
Del lado de Ángel Aguirre Rivero estamos los que hemos decidido jugárnosla con los sectores mayoritarios, con lo mejor de la sociedad suriana; del lado de Manuel Añorve está el que dándole la espalda a su biografía ha decidido entregar su experiencia y su conciencia al mejor postor. Ya la historia pondrá a cada quien en su lugar, a nosotros al lado del pueblo, a él en el basurero.
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Chilpancingo, Gro. 29 de noviembre de 2010.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Sobre los candidatos...

Devuélvannos a Aguirre
Gustavo Martínez Castellanos
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Durante el trienio que sustituyó a Figueroa Alcocer, Aguirre Rivero elaboró un discurso basado en aquella impresión primaria del estado que había recorrido mientras fungía como presidente del PRI estatal, y empezó a prepararse –con tres años de antelación- para presentar una campaña de propuestas para contender por la gubernatura de Guerrero, en 1999, cuando terminara el mandato de Figueroa Alcocer.
En aquellos discursos podía entenderse la preocupación que Aguirre sentía ante la miseria, la desigualdad y la corrupción. De hecho, hasta hace unas semanas esa sensación seguía vigente: era coherente consigo mismo, con su postura. Con algo que podríamos llamar su credo. Hace 16 años creía en él y creía en lo que podía hacer porque creía en el sistema y en su partido. Es decir, creía que juntos podían transformar al estado. Ayudarlo a dar el salto cuántico que necesitaba para insertarse en la vía del desarrollo y la igualdad jurídica y social antes de que el PRD les comiera el mandado. La competencia, así, era un acicate a su visión. Era lo que sabía que había que conseguir antes que el otro.
Hoy, que está con “el otro” y esa visión y ese credo han desaparecido. O alguien se los ha desaparecido porque el Aguirre que habla en “Los 5 ejes de la transformación” no es aquél Aguirre altamente economicista dispuesto a descarrilar la historia de Guerrero para insertarlo en el camino correcto. Hoy, con ése texto, éste Aguirre, parece dispuesto a conformarse con paliar nuestros rezagos. Con menguar la parte que le duele de nuestra lacerante realidad. Con acomodarse a lo que venga y pasarla bien los siguientes 4 años.
Por ejemplo el primer eje “Desarrollo Económico Sustentable y Empleo” está basado en el turismo y en un programa que abarcará 30 años para “proteger la imagen y la seguridad de sitios y ciudades con vocación turística” (sic). Pero el próximo gobierno será cuatrienal y si así, nuestras “ciudades” turísticas no tienen garantizada su imagen y seguridad ¿cómo conseguirá la de las que tienen “vocación”, mientras el narco campea en el país? Aguirre parece olvidar los sucesos de la Garita, Caleta y Tunzingo.
Cuando el texto cita la “vinculación del campo con desarrollos turísticos y centros urbanos” olvida que como hito de la revolución mexicana fue motivado por el movimiento demográfico que no ha cesado desde la república restaurada. Con 100% Guerrerense, también parece olvidar que nuestro campo no es mayoritariamente agrícola ni ganadero. Tal vez, como ya demostró él mismo, con tecnología se puedan crear excelentes pies de cría; pero, ¿alcanzará el presupuesto estatal para laboratorios de genética en todo el estado? Y con una agricultura tecnologizada ¿perderemos también la soberanía alimentaria usando granos transgénicos? ¿a quién se le comprarán? La promesa de créditos a madres solteras y micro, pequeños y medianos empresarios suena bien en campaña, pero ¿podremos desarrollar y sostener mercados tan grandes y diversificados? Con referencia a la “seguridad jurídica al empresario para que invierta en el estado”, su texto inicia un ejercicio extenuante de exclusión: esa “seguridad jurídica” ¿no podría extenderse a todo ciudadano aunque no invierta? Lo mismo ocurre con la “Cadena del empleo para jóvenes guerrerenses con otras entidades del país”, que funcionaría siempre y cuando en aquellas entidades no tengan jóvenes que necesiten empleos. Si deseamos que “progresen los migrantes”, ¿olvidamos a quienes nos quedamos y seguimos desempleados? Si hay una “Promoción de la capacitación para el trabajo utilizando la mano de obra calificada del migrante”, excluimos la mano de obra calificada local. El texto abunda en exclusiones.
El resto sigue en ese tenor: con un pie en la realidad (la nuestra) y el otro en la fantasía (de quienes lo elaboraron). Así, “el impulso a la industria minera estatal”, a través de “la vinculación de las universidades e institutos tecnológicos con carreras orientadas al rubro minero”, olvida que cuando se vinculó a la UAG (Turismo y Contabilidad y Administración) y la empresa turística los resultados no sólo fueron desalentadores sino macabros pues ante la alta competencia por un empelo, se abarataron los salarios y bajó la matrícula correspondiente. “La entrega de estímulos a pescadores y microempresarios de toda la costa guerrerense”, olvida el fracaso de Puerto Guerrero con Cervantes Delgado.
Después, todo es: uniformes, mochilas, computadoras, internet, desayunos escolares, salud. Alfabetización a “la cubana”, bibliomóvil (sic), un “nuevo modelo de formación, actualización y capacitación docente” y una Secretaría de Cultura. ¿De dónde saldrá tanto dinero? Es imposible no darle la razón a Zeferino cuando se leen proyectos como éste.
En Salud las cosas pintan igual: hospitales, cuadros básicos de medicinas –también gratis- jornadas de prevención al cáncer y la creación del Instituto de Seguridad Social al Servicio del Estado de Guerrero y Municipios (ISSSSEGYM), que si se pensara bien podía ser el “ISEG”: Instituto de Salud del Estado de Guerrero, porque dudo mucho que el presupuesto de nuestro estado dé para dar Seguridad Universal a todo mundo.
Entre otros puntos, los siguientes ejes, tocan éstos: “abatir la pobreza extrema y el hambre, lograr la enseñanza primaria universal, promover la igualdad de géneros, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir determinadas enfermedades, garantizar la sostenibilidad del medio ambiente, fomentar la asociación global para el desarrollo”. “Que los principales centros urbanos de Guerrero sean eficientemente abastecidos de agua” (¿y los no “principales”, no?). Combate a la Pobreza Alimentaria (¿y la otra pobreza, no?) “Fortalecimiento del programa ‘Guerrero sin Hambre’” (¿aunque no dé resultados? -si no, no habría “Combate a la pobreza alimentaria”-). Además “Seguridad alimentaria familiar” (sic); un “Programa de despensas con productos hechos exclusivamente en Guerrero” (y si esos productos no son eficientes,¿se cancelaría el programa?). “Vivienda para todos”. “Contratación de mano de obra guerrerense” (¡menos mal!) “Otorgamiento (de permisos) a auténticos transportistas”, (a los falsos no).
Para el “Desarrollo de los pueblos indígenas”; habrá “un fideicomiso” y “oficinas públicas bilingües”. “Gestión de la promoción, difusión y comercialización de artesanías de los pueblos y comunidades indígenas en el resto del país y el mundo” (¿para los otros productores no?). “Creación de la Comisión de Asuntos Indígenas de Guerrero”. Nada más.
En materia de seguridad ciudadana (a los “no ciudadanos”, este apartado no los beneficia) se promocionará y fortalecerán “los hábitos de prevención del delito entre la sociedad guerrerense a través asesorías, talleres, debates, conferencias y módulos de prevención del delito lo mismo en instituciones educativas que en espacios públicos”; es decir, que no tendremos mejores policías, sistemas de seguridad ni ministerios públicos pero estaremos más concientizados por si somos víctimas de la delincuencia. Y si toda esa concientización falla, los ejes contemplan también la “Modernización de los servicios de justicia” (no su eficacia ni su eficiencia) y el “Combate a la corrupción e impunidad”, por si se ofrece, claro.
Otros ejes pasan por la “Transparencia y rendición de cuentas”, la “Descentralización del Gobierno”, una “política de puertas abiertas y audiencias públicas en el trato y la atención a la ciudadanía (sic); y “el establecimiento del e-Gobierno de Guerrero mejorando los servicios administrativos mediante el uso de la tecnología”. Sin embargo, cuando visité la página del candidato no estaban ni siquiera este texto ni un teléfono al que pudiera comunicarse el ciudadano para plantear sus dudas. Mucha tecnología.
El eje cinco es de antología: “Democracia de calidad”, (es que la que tenemos es de tercera), ¿no podría ser sólo “Democracia” a secas? Tal vez lo único rescatable de este eje sea la propuesta de “Promoción de la revocación del mandato”, pero sin el candado: “Establecimiento de una consulta popular a mitad de la gestión para que la ciudadanía decida el futuro de su Gobierno”. El “Impulso de una nueva Constitución para la consolidación de la transición democrática en el estado de Guerrero” es una aspiración añeja. Pero es indudable que si dejara de violarse constantemente la actual, serviría bien.
Sopa de muchos cocineros Los “5 ejes para transformar Guerrero” tienen la virtud de no aclarar si es para transformarlo para bien o para mal. En su factura se observan los sueños y los anhelos de muchos “ideólogos” de izquierda que por no caer en la tentación de crear de un programa de corte liberal, champurrearon todo evitando plasmar ideas. Análisis. Estructura. Y en la alharaca por la pronta promoción de sus sueños (guajiros) no se dieron cuenta de que la transformación –para bien- del estado de Guerrero debe ser a través de dos ejes: Justicia y Democracia.
La primera contempla grosso modo, la aplicación de nuestras leyes en la persecución del delito y en el cuidado y protección del ciudadano a través de nuestras instituciones. La segunda, impone la igualdad: jurídica, social, económica, cultural. Con echar a andar nuestra Constitución –sin cambios, una cosa lleva la otra- Guerrero se transformaría en un estado progresista. Pero en el afán de hacer espectacular el proyecto de Aguirre sus asesores e ideólogos elaboraron este texto lleno de contradicciones, aberraciones jurídicas, pleonasmos administrativos e hipérboles sociales. Y vacuo; porque desmiente la visión que de Aguirre conocíamos quienes hemos seguido su trayectoria. Antes decía: “Para volver productivo al campo hay que hacer justicia al campesino”, y todos entendíamos que si no se le hace justicia, lo orillan a emigrar y todos los beneficios que eran para él caerían en manos de los caciques de siempre. Haciendo justicia al campesino y apoyándolo efectivamente con los programas que existen éste producirá, pero sólo podrá gozar del producto de su trabajo si existen los mercados en los que pueda vender sus cosechas. Es decir, no basta con hacer justicia al campesino, también hay que hacer justicia al transportista para que pueda trabajar sin miedo y sin pagar cuotas a acaparadores; y justicia a los pequeños empresarios para que no caigan en manos de intermediarios. Justicia, el único eje. Por igual. Justicia con Democracia. Libres los mercados, la riqueza llega a todos. Pero sabemos que eso es difícil en un estado cuyas ciudades están en manos de los grandes consorcios ¿qué harán éstos cuando vean que sus productos se quedan en sus estantes? La guerra. Entonces, también se les debe aplicar a ellos la ley. Por igual: ricos y pobres. Sin Justicia no hay pueblo, municipio, estado o país que florezca. Sin justicia no hay nada.
Pero quienes redactaron “Los 5 ejes de transformación” para la campaña de Aguirre burocratizaron su ideario. Lo volvieron incoherente. ¿Cómo crear una Secretaría de Cultura a propuesta de Citlali Guerrero si es empleada del ayuntamiento de Acapulco y Jeremías, su esposo, ha medrado en todas partes? ¿Cómo creer en este Aguirre rodeado de gente así? Como creer en este su discurso si tiene metido al enemigo en el cuarto de guerra? ¿Cómo confiar en él? Necesitamos al Aguirre que inició esta hégira empujado por la fe de un pueblo que no le pidió puestos ni prebendas sino sólo su liderazgo para conducirnos al cambio. Al Aguirre de antes -hoy secuestrado por los grupúsculos que le han dado al traste hasta al PRD- lo queremos de vuelta. Devuélvannoslo ya. Aún es tiempo.
Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com

viernes, 19 de noviembre de 2010

Sobre organizacion de mujeres guerrerenses

En la edición del 19 de noviembre de 2010, LA JORNADA GUERRERO publicó la siguiente nota:
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La Red para el Adelanto Político de las Mujeres Guerrerenses: una lección de pluralidad
Muriel Salinas
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Más de cincuenta mujeres líderes de los principales partidos políticos de la entidad y líderes sociales participaron en la Escuela de Formación para el Liderazgo y la Ciudadanía de las Mujeres, convocada por CALMECAC, AC, en el marco de un proyecto que fue auspiciado por el Indesol y que se realizó en Taxco. La escuela contó con docentes de primer nivel, tales como la doctora Mercedes Barquet, fundadora y catedrática del Programa Interdisciplinario de Estudios de la Mujer del Colegio de México, Martha Subiñas, directora de la maestría en Estudios de Género de Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en México y Mónica Zárate, del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir.
Derivado de ese proceso, el pasado 12 de noviembre se conformó la Red para el Adelanto Político de las Mujeres Guerrerenses, una red multipartidaria de mujeres políticas y líderes sociales de diversos municipios, que tras construir un piso común de diálogo y de conocimientos para el análisis de la participación política de las mujeres, identificaron un conjunto de problemáticas e intereses comunes en torno a los cuales se han puesto de acuerdo para impulsar una agenda estatal.
Este conjunto de intereses tiene que ver con la necesidad de impulsar la participación política de las mujeres y su acceso a los espacios del poder formal para la toma de decisiones.
Esta alianza multipartidaria de mujeres no habría sido posible si antes no hubiesen compartido un proceso que les permitiera estudiar desde una perspectiva de género el proceso de construcción de la ciudadanía de las mexicanas, los avances y retrocesos, e identificar los temas pendientes que hay que impulsar. Si bien es cierto que hay diferencias ideológicas y políticas importantes, este proceso permitió reconocer múltiples problemáticas y realidades comunes a todas las mujeres políticas, las cuales nos colocan en condiciones de desigualdad.
Algunas de estas problemáticas son:
1) Marcada exclusión de las mujeres en cuanto a su acceso cargos electivos y de toma de decisiones en los poderes del Estado, las estructuras partidarias y en los tres niveles de gobierno.
2) Crecientes prácticas de violencia y acoso político por causas de género contra mujeres que ganan una elección o que ya están en el ejercicio de sus funciones, lo que contribuye al incumplimiento por parte de los partidos al sistema de cuotas, empobrece los procesos democráticos y dificulta la posibilidad de que la toma de decisiones sea más equilibrada;
3) Insuficiencia de programas y políticas públicas para el cuidado de niñas y niños, adultas/os mayores y personas enfermas o con discapacidad, lo cual representa para las mujeres un incremento a las cargas de trabajo relativas a la reproducción social y limita su plena participación política en igualdad de condiciones respecto de los varones;
4) Falta de recursos para la formación y capacitación para el fortalecimiento de los liderazgos políticos de las mujeres en la entidad;
5) Desempleo y dependencia económica de las mujeres, lo que repercute en las condiciones que se requieren para tener un mayor acceso a participar como candidatas para contender por cargos electivos.
6) Creciente utilización de las necesidades vitales de las mujeres en campañas electorales, que refuerzan su rol tradicional de género, las confina a permanecer en el ámbito doméstico y hace invisibles sus intereses ciudadanos.
De cara a este análisis, la red elaboró una agenda con propuestas que serán planteadas ante diversos actores políticos.
Entre las propuestas que planteamos destacan: Impulsar una reforma electoral que establezca la paridad de género en el registro de candidaturas, que incluya sanciones jurídicas más firmes a los partidos que incumplan con el sistema de cuotas; armonizar el Código Estatal Electoral con el COFIPE para que los partidos destinen el 2% de su presupuesto anual a la capacitación política de las mujeres de su militancia, con miras a fortalecer sus liderazgos y sus capacidades para el buen desempeño de sus responsabilidades políticas y de función pública. Impulsar una ley contra el acoso y la violencia política por causas de género, a fin de prevenir, sancionar y erradicar las reiteradas y crecientes prácticas de violencia y acoso contra mujeres que contienden por cargos de representación popular o que ya están en el ejercicio de sus funciones.
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Consultado en:

lunes, 8 de noviembre de 2010

Aguirre y Añorve...

Zavaleta y Figueroa
Roberto Camps

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Mal harían los integrantes de la coalición Guerrero nos Une, en desdeñar la adhesión de las dos ex diputadas federales Ruth Zavaleta Salgado e Irma Figueroa Romero a la candidatura de Manuel Añorve Baños. Las expresiones que he percibido hasta ahora sobre estos hechos es de minimizar a ambas e incluso descalificarlas.
Más allá del impacto mediático, la suma de ambas mujeres, ex diputadas federales que en su ámbito (nacional y estatal, Zavaleta y Figueroa) tuvieron un desempeño meritorio, sobre todo cuando la política está llena de hombres, y abrirse paso en ese ambiente requiere de verdad méritos y ambas los tuvieron.
Manuel Añorve continúa dando muestras de la habilidad que tiene para sumar, así como le ganó a Angel Aguirre el apoyo de los grupos de poder en su partido, que lo hicieron candidato, hoy se ha metido en el terreno perredista y arranca la campaña con estas dos sumas que sin duda, arrojan lecturas políticas.
La primera, es que en la campaña de Aguirre Rivero no está funcionando bien las formas para establecer acuerdos políticos, al menos en el caso de Ruth Zavaleta, quien al anunciar su decisión de apoyar a Manuel Añorve, reveló que se había reunido con Angel Aguirre también, pero que no pudo ser convencida de sumarse a la campaña. Los aguirristas tuvieron la oportunidad de sumar a Ruth Zavaleta a su campaña, ella les planteó la vía de acceso y a lo mejor no les interesó, o a lo mejor no supieron concretarla. El caso es que una mujer con una larga trayectoria en la izquierda del país, se sumó a la campaña de Manuel Añorve.
En el caso de Irma Figueroa no tenemos elementos para evaluar su decisión, pero sí creemos que revela un ambiente de incertidumbre en personajes perredistas como ella o como el diputado Carlos Alvarez, quien la semana pasada arremetió con dureza contra Angel Aguirre Rivero, precisamente el día que éste se reunió con el gobernador Zeferino Torreblanca Galindo en Casa Guerrero. La parte medular del mensaje de Carlos Alvarez, consiste en cuestionar la falta de identidad del ex gobernador, así como la demanda que le hizo de establecer compromisos acordes con una plataforma de izquierda. Quizá las formas que utilizó el diputado local no fueron las más elegantes, o tal vez no era él el más adecuado para hacer esos señalamientos, sobre todo cuando el grupo zeferinista regateó el apoyo a Andrés Manuel López Obrador, en su campaña por la Presidencia de la República. Y es que ese fue uno de los fustigamientos que Carlos Alvarez le hizo a Angel Aguirre, al reprocharle en ese evento en la Piñata del Parque Papagayo, que Aguirre Rivero, como diputado federal, haya votado a favor del desafuero del entonces jefe de gobierno del Distrito Federal. Todavía recuerdo cómo Alberto López Rosas, siendo alcalde de Acapulco, protestaba a las afueras del Centro Internacional Acapulco, a la llegada de Vicente Fox, por esos hechos. En ese entonces, los zeferinistas callaban.
Zavaleta y Figueroa, son sólo la punta de un iceberg que no es perceptible para los medios, pero que tiene en su parte oculta alianzas con liderazgos perredistas y petistas de base. La actuación de la fracción del PRD en el cabildo de Acapulco, entregada y sumisa a Manuel Añorve en su momento, son muestra de la operación política que en ese partido ha realizado el ometepequense.
La adhesión de Ruth Zavaleta e Irma Figueroa son muestra de algo más que simples componenda, algo no está funcionando en la campaña de Angel Aguirre que no las convenció, como no convence a muchos perredistas que lo susurran, y dicen que lo tienen que apoyar aunque no los convenza, porque “ni modo que apoyemos al PRI”, así de sencillo.
En las últimas semanas, el candidato Angel Aguirre se ha asumido como un abanderado que trasciende los partidos políticos, se asume como el líder de un movimiento social, incluso asume no tener compromisos con estos. Este discurso de deslinde es peligroso, porque quien ha participado en campañas, sabe que los candidatos deben enviar mensajes a sus seguidores, para mantener su lealtad y convicción firmes. A los del partido o coalición de enfrente, es difícil que les logra cambiar su natural inclinación. Queda entonces el espacio de los indecisos, los que no tiene partido, como escenario de la disputa mediática, como receptores de los mensajes y las propuestas. Sin embargo Aguirre, insiste en sus giras, en sus eventos, en sus entrevistas, en dejar a un lado los planteamientos históricos de los tres partidos que lo abanderan: PRD, PT, Convergencia. Aguirre omite suscribir las banderas de lucha social, de clase, ideológica y política de sus aliados. Aguirre tiene un discurso muy personal, como decía Jeremías Marquines en un artículo, tal parece que Aguirre plantea: La estrategia Soy Yo. Y puede que le dé resultado, que la gente sea convencida por su personal estilo. Pero en la campaña de enfrente de mueven con rapidez y precisión, hacen sumas. Hoy mismo Añorve inicia su campaña en Acapulco haciendo compromisos, y de paso marca territorio en un intento por diluir, la toma de Acapulco del próximo domingo.
Angel Aguirre tampoco plantea en sus mensajes hasta ahora, un reconocimiento a la obra que el actual gobierno del estado ha aportado al desarrollo de Guerrero, la actitud agresiva del gobernador no lo ha permitido, claro, pero los hechos de este periodo de gobierno son incontrovertibles y lejos de retomarlos como una fortaleza, Aguirre ha hecho mutis en estos temas.
Tal vez Angel Aguirre vaya adelante en las preferencias, pero es patente que él y su equipo de campaña (no sabemos quién manda, si el grupo priista o la burocracia de la coalición), están cometiendo errores. Y los errores se pagan. Al tiempo. Nos vemos en la próxima.
Comentarios: mojojojo_1964@yahoo.com
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http://www.boletinplus.net/index.php?option=com_content&view=article&id=515:zavaleta-y-figueroa&catid=65:roberto-camps&Itemid=104

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Sobre Ángel Heladio Aguirre Rivero

Discursos: Aguirre. La Campaña
Gustavo Martínez Castellanos
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Este 03 de noviembre, en Guerrero, inician oficialmente las campañas políticas para la elegir candidato a gobernador. Este acontecimiento encierra algunos significados que, hasta ahora, ni analistas ni actores políticos han hecho notar.
El primero es que estos comicios concitan una serie de reencuentros. El primero es el que realizan el PRD con el PRI, de cuya matriz salió hace más de veintidós años. El segundo es el de Aguirre con el PRI del que salió hace un par de meses. El tercero es el de Añorve con Aguirre; y el último, es el del PRI con el PRI a través de aquellos priístas que han decidido abandonarlo sólo en estos comicios.
El primer encuentro retoma lo que algunos ciudadanos hemos dicho con anterioridad: el PRD jamás se separó del PRI o, visto desde otro ángulo, siempre le fue secretamente fiel. En un juego dialéctico, el PRD aceptó de alguna manera, durante todos estos años, que no podía existir sin su némesis. Porque lo convirtió en su parámetro. En cambio, su lucha de agravios mutuos construyó un partido democrático: El PRD era el ala izquierdista del PRI; su indeseable memoria, el área de su conciencia que quería extirpar y no pudo. El PRI era el ala derecha del PRD, la forma acabada de lo que no quería ser, pero en la que, operaba constantemente. De no haberse separado en el 88, hubieran sido un partido poderoso y progresista. Hoy, son sólo dos partidos mexicanos, con todas sus prerrogativas y yerros que mide cada acción del otro a través de las ofensas sin lavar y cuya única postura es despojar al otro de todo el poder posible. En esa intersección el electorado y la ciudadanía comprobó que ambos son lo mismo.
En este contexto, el segundo encuentro, el de Aguirre con el PRD, nunca tuvo nada de extraordinario. En el desgaste que el PRD ejerció sobre sí mismo a fuerza de repetir- en su intento de negarlo- al PRI, tuvo que admitir que para poder ganar elecciones debía “abrirse” a “otras” propuestas, siempre y cuando negaran al PRI. Paradójicamente, con ese ejercicio, el PRD empieza a dar visos de auténtica democracia, aunque en lo demás continúe siendo una franquicia. Otra.
El encuentro de Añorve con Aguirre se da en el segundo contexto: ambos son priístas, son parientes, son paisanos, quieren ser gobernadores. Han “priízado” el ámbito político, y se encuentran en el mismo punto que cuando eran precandidatos. Sin embargo, ahora la decisión recae en un electorado no en el “forito” de Figueroa Alcocer. Y el principal motor de la participación ciudadana exige el fin de las prácticas seculares del caciquismo (desde la Encomienda en la Colonia, hasta los enclaves políticos priístas). La elección, entonces, no será por un partido, una visión política o un nombre –o un hombre- sino por un discurso que ofrezca alternativas de un auténtico cambio. Un discurso respaldado por un proyecto y logros concretos.
En ese tenor podemos observar el discurso de Aguirre en tres años de gobierno una década atrás y su influencia en el Senado. Pero, además, su desempeño personal y, por otra parte, su insistencia por gobernar. No por volver a gobernar. Sino hacerlo por primera vez.
Esa insistencia, comprende su comportamiento político. O la estrategia para arribar con posibilidades concretas al momento de presentar, para que le sea aceptada, una candidatura. Parece ser que todo el proceso fue exitoso. El único problema se dio en el momento de la elección al interior del PRI ya que ésta no fue democrática.
Los analistas a veces olvidan eso y pasan por alto que los dos auténticos precandidatos del PRI a la candidatura eran únicamente Aguirre y Añorve (a Gómez Maganda la sumaron después para cubrir las formas). Ese olvido hizo ver a Aguirre, al inicio de la conformación de la Coalición de Izquierda, como si hubiera surgido de la nada para usurpar algo. Como ha ocurrido con muchos candidatos del PRD que por ser familiares de los gurúes de ese partido ahora son diputados federales.
Con Aguirre, en realidad, las cosas fueron opuestas, desde su precandidatura dentro del PRI inmediatamente sumó simpatías y aglomeró grupos y, al aceptar la invitación a representar al PRD hizo que éste negara por primera vez de manera efectiva al PRI y se individualizara hasta hacerlo dejar de ser el gemelo amarillo del PRI. Y romper con su discurso de izquierda. Ese texto que, en partes sincero y en lo demás hueco, los llevó a y los sostuvo en el poder. Hoy, esa ruptura los hará conservar el poder. Aguirre fue el detonante de ese rompimiento y, de esa forma, su benefactor. Ahora, el discurso de Aguirre es el discurso de la izquierda y en él ya no se observa a la dinámica política como una forma de conservación del poder sino como un instrumento de cambio para beneficio social. Es, además, un discurso universalizado que ahora nos incluye a todos.
Porque ante eso y el hecho de que la derecha y el PANAL no se sumaran a este proyecto el electorado ha dado muestras de actuar de forma individual. Aguirre y su Coalición lo saben, por ello, las réplicas fueron mínimas, casi inexistentes. En cambio, Añorve tomó todo eso como un rechazo hacia Aguirre y se apresuró a intentar sumar al PAN y al Panal sólo a su campaña, nunca a un proyecto de gobierno. Añorve ha hecho alianzas y ha obtenido aliados: no grupos de distribución y de ejercicio conjunto de poder.
Al respecto algunos de mis lectores me han replicado lo siguiente: “Aguirre –dicen-, ya tuvo su oportunidad. Y la obtuvo gratuitamente. Figueroa se la regaló”. Nada más erróneo. Al sustituir a Figueroa Aguirre le hizo un favor al PRI y a Figueroa por hacerle un favor a Guerrero. Aguirre aplacó la tormenta que devino de la mascare de Aguas Blancas, y lo hizo en la peor de las condiciones. Tuvo que contrarrestar al gabinete que ya estaba. Tuvo que luchar por redimir y sumar al resto de ese sexenio a los guerrerenses agraviados, tuvo que sortear a los grupos de poder que nunca entendieron la magnitud del problema, es decir, tuvo que detener un tren y echarlo en reversa sin descarrilarlo para insertarlo en la vía correcta. En plazos castigadísimos.
En medio de todo eso: Paulina. Más tarde, el Charco. Y, en todo momento, los grupos figueroístas que aún ven como un agravio que Aguirre evitara aquel descarrilamiento político, social y económico. Quienes consideran eso como una oportunidad -y además gratuita- pasan por alto tantos factores cuya ausencia les impide ver con claridad la magnitud de la obra de Aguirre. Ahora con la candidatura para esta elección a Gobernador, Aguirre pide la oportunidad que le fue negada porque decidió servir a su estado en los peores momentos de su historia reciente. Y quiere llevar a cabo su proyecto porque considera que tiene la razón y porque se sabe con la fuerza para realizarlo. La dirigencia del PRD supo leer eso y, al respaldarlo, tuvo un gran acierto. El escenario es otro. Los partidos de izquierda son otros (el PRI sigue siendo el mismo). Nuestro futuro puede ser otro. Mañana inician oficialmente las campañas. No serán el ruido y las matracas lo que defina esta elección. Serán los discursos. Escucharlos con atención, atreverse a leerlos sin apasionamiento, será ineludible. El de Aguirre, va muy adelantado: tiene más de diez años de gestación.