lunes, 8 de noviembre de 2010

Aguirre y Añorve...

Zavaleta y Figueroa
Roberto Camps

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Mal harían los integrantes de la coalición Guerrero nos Une, en desdeñar la adhesión de las dos ex diputadas federales Ruth Zavaleta Salgado e Irma Figueroa Romero a la candidatura de Manuel Añorve Baños. Las expresiones que he percibido hasta ahora sobre estos hechos es de minimizar a ambas e incluso descalificarlas.
Más allá del impacto mediático, la suma de ambas mujeres, ex diputadas federales que en su ámbito (nacional y estatal, Zavaleta y Figueroa) tuvieron un desempeño meritorio, sobre todo cuando la política está llena de hombres, y abrirse paso en ese ambiente requiere de verdad méritos y ambas los tuvieron.
Manuel Añorve continúa dando muestras de la habilidad que tiene para sumar, así como le ganó a Angel Aguirre el apoyo de los grupos de poder en su partido, que lo hicieron candidato, hoy se ha metido en el terreno perredista y arranca la campaña con estas dos sumas que sin duda, arrojan lecturas políticas.
La primera, es que en la campaña de Aguirre Rivero no está funcionando bien las formas para establecer acuerdos políticos, al menos en el caso de Ruth Zavaleta, quien al anunciar su decisión de apoyar a Manuel Añorve, reveló que se había reunido con Angel Aguirre también, pero que no pudo ser convencida de sumarse a la campaña. Los aguirristas tuvieron la oportunidad de sumar a Ruth Zavaleta a su campaña, ella les planteó la vía de acceso y a lo mejor no les interesó, o a lo mejor no supieron concretarla. El caso es que una mujer con una larga trayectoria en la izquierda del país, se sumó a la campaña de Manuel Añorve.
En el caso de Irma Figueroa no tenemos elementos para evaluar su decisión, pero sí creemos que revela un ambiente de incertidumbre en personajes perredistas como ella o como el diputado Carlos Alvarez, quien la semana pasada arremetió con dureza contra Angel Aguirre Rivero, precisamente el día que éste se reunió con el gobernador Zeferino Torreblanca Galindo en Casa Guerrero. La parte medular del mensaje de Carlos Alvarez, consiste en cuestionar la falta de identidad del ex gobernador, así como la demanda que le hizo de establecer compromisos acordes con una plataforma de izquierda. Quizá las formas que utilizó el diputado local no fueron las más elegantes, o tal vez no era él el más adecuado para hacer esos señalamientos, sobre todo cuando el grupo zeferinista regateó el apoyo a Andrés Manuel López Obrador, en su campaña por la Presidencia de la República. Y es que ese fue uno de los fustigamientos que Carlos Alvarez le hizo a Angel Aguirre, al reprocharle en ese evento en la Piñata del Parque Papagayo, que Aguirre Rivero, como diputado federal, haya votado a favor del desafuero del entonces jefe de gobierno del Distrito Federal. Todavía recuerdo cómo Alberto López Rosas, siendo alcalde de Acapulco, protestaba a las afueras del Centro Internacional Acapulco, a la llegada de Vicente Fox, por esos hechos. En ese entonces, los zeferinistas callaban.
Zavaleta y Figueroa, son sólo la punta de un iceberg que no es perceptible para los medios, pero que tiene en su parte oculta alianzas con liderazgos perredistas y petistas de base. La actuación de la fracción del PRD en el cabildo de Acapulco, entregada y sumisa a Manuel Añorve en su momento, son muestra de la operación política que en ese partido ha realizado el ometepequense.
La adhesión de Ruth Zavaleta e Irma Figueroa son muestra de algo más que simples componenda, algo no está funcionando en la campaña de Angel Aguirre que no las convenció, como no convence a muchos perredistas que lo susurran, y dicen que lo tienen que apoyar aunque no los convenza, porque “ni modo que apoyemos al PRI”, así de sencillo.
En las últimas semanas, el candidato Angel Aguirre se ha asumido como un abanderado que trasciende los partidos políticos, se asume como el líder de un movimiento social, incluso asume no tener compromisos con estos. Este discurso de deslinde es peligroso, porque quien ha participado en campañas, sabe que los candidatos deben enviar mensajes a sus seguidores, para mantener su lealtad y convicción firmes. A los del partido o coalición de enfrente, es difícil que les logra cambiar su natural inclinación. Queda entonces el espacio de los indecisos, los que no tiene partido, como escenario de la disputa mediática, como receptores de los mensajes y las propuestas. Sin embargo Aguirre, insiste en sus giras, en sus eventos, en sus entrevistas, en dejar a un lado los planteamientos históricos de los tres partidos que lo abanderan: PRD, PT, Convergencia. Aguirre omite suscribir las banderas de lucha social, de clase, ideológica y política de sus aliados. Aguirre tiene un discurso muy personal, como decía Jeremías Marquines en un artículo, tal parece que Aguirre plantea: La estrategia Soy Yo. Y puede que le dé resultado, que la gente sea convencida por su personal estilo. Pero en la campaña de enfrente de mueven con rapidez y precisión, hacen sumas. Hoy mismo Añorve inicia su campaña en Acapulco haciendo compromisos, y de paso marca territorio en un intento por diluir, la toma de Acapulco del próximo domingo.
Angel Aguirre tampoco plantea en sus mensajes hasta ahora, un reconocimiento a la obra que el actual gobierno del estado ha aportado al desarrollo de Guerrero, la actitud agresiva del gobernador no lo ha permitido, claro, pero los hechos de este periodo de gobierno son incontrovertibles y lejos de retomarlos como una fortaleza, Aguirre ha hecho mutis en estos temas.
Tal vez Angel Aguirre vaya adelante en las preferencias, pero es patente que él y su equipo de campaña (no sabemos quién manda, si el grupo priista o la burocracia de la coalición), están cometiendo errores. Y los errores se pagan. Al tiempo. Nos vemos en la próxima.
Comentarios: mojojojo_1964@yahoo.com
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