jueves, 7 de abril de 2011

Una voz sensata...

Yo, ciudadano
Forma es fondo
Gustavo Martínez Castellanos
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Hay un hecho en el que Zeferino tiene razón: en Guerrero, la izquierda no está preparada para ser gobierno. Su ámbito es la lucha, la confrontación. El pleito sea con quien sea. Aquí y ahora. Apenas lleva siete días este gobierno y esa izquierda exige cambios radicales. Ya ha conseguido uno: ha cambiado de golpe y porrazo de villano: ya no es el PRI, ya no es el figueroísmo, ya no son los caciques; el villano ahora es Zeferino Torreblanca, el hombre al que el PRD y sus tabloides sacaron de la nada para elevarlo a alcalde de Acapulco y después a gobernador del estado. Ante ese nuevo némesis, sus tribus, siempre en pie de guerra, han olvidado la miseria, la desigualdad, el atraso del pueblo que les dio todo en un luminoso acto de entrega y, en lugar de luchar contra todo eso al lado del nuevo gobernador al que pidieron comandara su coalición, ahora intentan acorralarlo para que desde su investidura y con sus facultades arrastre hasta el cadalso a su antihéroe. El dios que, como en el cuento de Francisco Rojas, les salió maula pero al que durante seis años no pudieron –o no quisieron- destruir.
El PRD debe olvidar esta consigna: “Tenemos un gobernador y no dudaremos en usarlo”. También su prensa, que se desbarranca en la semántica para elevar a prioridad gubernamental su pleito con Zeferino. Pero no sólo ellos, también algunos funcionarios del nuevo gobierno, como el ex senador Jiménez Rumbo que se ha sumado a esa consigna. ¿No tiene suficientes problemas que atender como Secretario de Desarrollo Social? ¿No ha entendido que es parte de un gobierno y que está comprometido a trabajar con él? Si lo que desea es gestionar justicia –como tal vez nunca lo hizo para el ciudadano común- debería renunciar a su secretaría y regresar a su curul para exponer libremente su postura.
Como el ciudadano Porfirio Muñoz Ledo, quien revolvió al avispero con su declaración: “Zeferino no debe quedar impune” pero que al hacerlo obvió que es el presidente de la Comisión que elabora la nueva Constitución del Estado de Guerrero, documento en el que posiblemente -la duda cabe-, en algún capítulo –cuando menos- quedará –esperamos- establecido cuáles son los órganos de gobierno que imparten justicia, sus mecanismos de operación y sus procesos.
Desconfiar de ese documento no es una buena señal para la ciudadanía. Desconfiar del gobierno para el que se protestó trabajar como Secretario de Estado no es un acto que denote cordura. Ambas desconfianzas laceran el poder y la soberanía del gobierno, del Congreso y de la eficacia del procurador de Justicia y de los auditores (Federal y Estatal).
Mañana viernes la gestión de Ángel Aguirre Rivero cumplirá apenas una semana. Su réplica: “Ni revancha ni venganza”, no significa que no habrá justicia, significa que los actores políticos deben mostrar madurez en sus acciones y en sus declaraciones desde la institución que es el gobierno. Significa, al fin, que no deben olvidar que forma es fondo.
De la prensa izquierdista, los ciudadanos esperamos mesura, investigación y análisis. Nadie olvida que sus exabruptos -que nos vendieron a Zeferino como la quintaesencia- nos han costado a los guerrerenses seis años de yerros y desatinos que hoy debemos subsanar.
Zeferino es pasado –por algo los priístas nunca le dieron poder-. Nuestros problemas son presente. Están ahí. Trabajar unidos y en torno al gobierno de Aguirre nos permitirá superarlos. Sería bueno que también la izquierda aprovechara esa oportunidad.
Nos leemos en la crónica gustavomcastellanos@gmail.com

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