martes, 12 de junio de 2012

Lo que necesita México

NI JOSEFINA, NI "ANDREJ" MANUEL, NI QUADRITO, NI PEÑITA NIETO. Lo que nuestro país necesita son PRINCIPIOS.

.
Mi primer esposo estaba muy metido en política. Y muchos de mis pacientes también. Conozco cosas muy feas desde dentro. Todo esto me lleva a preguntarme por qué mi resistencia a todo lo relacionado a la misma pero sobre todo, ¿por qué las cosas son como son en mi país? Mi país, México. Un país hermoso, con gente buena, pero donde existen tantas desigualdades, corrupción, analfabetismo y pobreza. Ni hablar de la ola de violencia y del narco, pasando por el famoso dicho “quien no tranza, no avanza”.
Y cada vez estoy más convencida de que el origen de todo eso es el mismo: nuestro bajo coeficiente intelectual, emocional y espiritual. El problema tiene su origen en la educación que recibimos (o mejor dicho, en la falta de ella). Por una formación deficiente a nivel humano. Como personas. Y esto no quiere decir que los mexicanos seamos malos o incultos, o que estemos predeterminados genéticamente a ser corruptos ni apáticos.
Como en todo lo relacionado a mi profesión -psicología- estoy convencida que esto empieza en nuestra infancia. Lo que es, es. Nuestros padres nos dieron sólo lo que tenían para darnos. Como nuestros bisabuelos a nuestros abuelos, y estos a nuestros padres. ¿Y qué nos dieron a todos? Formas de conducta (tradiciones) y valores (creencias), pero no todos basados en principios. Y no por mala intención, sino porque fueron las únicas que conocieron. Por favor, recordemos de quiénes descendemos los mexicanos actuales. Mestizos, mezcla de indígenas que eran sabios en herbolaria, en astrología y en matemáticas como los mayas, pero que eran crueles y sanguinarios y de españoles la gran mayoría delincuentes que eran liberados a cambio de acompañar a Cortés. Con nada qué perder. Personas condenadas por cometer delitos. Nuestro origen filogenético no es de lo más deseable. Y quizá esto explique, pero no justifica nuestro actuar actual como individuos y como sociedad. Porque México somos todos. Pero ayuda a entender el origen de la conducta de nuestra sociedad. De nuestro “inconsciente colectivo”.
Porque valores en nuestra sociedad existen, ni duda: Los tenemos. Pero no todos están basados en PRINCIPIOS. Los narcotraficantes tienen valores. Se dejan torturar antes de traicionarse entre ellos cuando son capturados. Y algunos mueren antes de hablar. El valor de la lealtad entre ellos es claro. ¿Pero acaso está este valor BASADO EN PRINCIPIOS?
Maquiavelo, Fouché y Sun Tzú han sido los maestros de muchos de nuestros políticos. Genios del engaño. De usar valores no basados en principios. Adicionalmente eligen usar su inteligencia maquiavélica y tratan de volver a aquellos ignorantes a los que proclaman en campaña para que les acepten una despensa, frijoles y leche y corromperlos gracias a sus grandes necesidades. Para luego no acordarse de sus promesas de campaña. Y para que no exista un pueblo con la suficiente calidad moral para reprocharles sus malos actos, y por tanto perpetuarse gobernando sin necesidad de ser eficaces, transparentes y sobre todo, sin tener que rendir cuentas a los ciudadanos.
También quiero afirmar que estoy convencida de que si seguimos evolucionando como pueblo, al ritmo que llevamos, nos tardaremos cientos de años en alcanzar los niveles actuales de otros países más desarrollados en diversos aspectos: intelectual, económico, tecnológico, científico, e incluso espiritual.
Para evolucionar o desarrollarnos de forma mucho más rápida requerimos con urgencia de una o varias palancas que nos impulsen de forma más rápida al desarrollo; necesitamos también de una brújula que nos ayude a ubicarnos en el lugar correcto, y de una plataforma que nos permita identificar QUE HACER LAS COSAS CORRECTAS NO ES LO MISMO QUE HACER LAS COSAS BIEN.
Esta plataforma no es otra cosa que la de los PRINCIPIOS. ¿Tú eres una persona con principios? Y si lo aseguras dime, ¿qué son?
Sip. Yo sé. Muchos los confundimos con valores. Creemos que son sinónimos a veces. Pero buscando entre tanto y tanto para ayudar a que esos pacientes que yo daba de alta no regresaran, y gracias a Pablo, mi esposo, encontré que los PRINCIPIOS equivalían a enseñar a mis pacientes a pescar, y no darles el pescado ayudándoles sólo cada semana en la sesión de psicoterapia a la que asistían. Y gracias a esta búsqueda encontré que los PRINCIPIOS son leyes universales que rigen a nuestro mundo, son conceptos inapelables, universales e indiscutibles que no se basan en ideologías, idiosincrasias, religiones, dogmas ni en formas de pensamiento. Que no están a votación. Por el contrario, los principios están muy por encima de todas esas cosas, y de hecho, deberían ser también la base de todos los valores. Los principios son a su vez las herramientas más eficaces para una adecuada toma de decisiones en la vida. Es sembrar papas para cosechar papas, y no sembrar cactus para luego esperar la cosecha de papas.
Por supuesto, saber no es hacer. Deshacer las viejas estructuras y crearlas nuevamente sobre la base correcta, no es cosa fácil, pero es absolutamente necesario. ¿A qué estructuras me refiero?
Al sistema educativo
Al sistema económico
A los sistemas políticos y de gobierno
A las iglesias y religiones
A las empresas
A las asociaciones
A las familias
A los individuos o ciudadanos y
A todo lo demás.

¿Difícil? ¡Claro! Hasta que te convences de que no hacerlo ES MÁS DIFÍCIL AÚN. Que seguir cosechando cactus siempre será más difícil que ELEGIR sembrar papas.
Cuando los mexicanos LOGREMOS ELEGIR BASÁNDONOS EN PRINCIPIOS y nuestras estructuras estén integradas por personas que tengan esta nueva plataforma de PRINCIPIOS Y VALORES BASADOS EN ELLOS, nuestro país y nuestras vidas cambiarán radicalmente. El país se desarrollará de forma gradual, segura y sin retrocesos; las personas se formarán, se educarán y crecerán contando con las mejores herramientas, que no armas, porque la diferencia entre un cuchillo que se usa para cortar un trozo de alimento y uno que se usa para amenazar a una persona y asaltarlo es eso precisamente: El primero se usa basado en principios, para ayudar a cortar alimento, para algo correcto y el segundo para agredir, para asaltar a alguien y quitarle su dinero y pertenencias para hacer algo que quizá esté bien (al menos para el ladrón), conseguir dinero para lo que lo necesita el ladrón pero NO ES LO CORRECTO.
Esa es la diferencia entre hacer las cosas bien -puedo drogarme bien, asaltarte bien y engañarte bien con otra pareja, pero ¿es lo correcto? ¿Me gustaría que me hagas lo mismo tú a mí?- Y HACER LAS COSAS CORRECTAS. Y ESO ES ACTUAR BASÁNDOME EN PRINCIPIOS. HACER LO CORRECTO Y NO SÓLO LO QUE ESTÁ BIEN.
¿Es esto algo nuevo? ¡¡¡¡¡¡¡¡Indudablemente que no!!!!!!!!!!! Pero ¿por qué no lo transmitimos a nuestro hijos? ¿Por qué esperamos que un presidente transforme a nuestro país? ¡Si esa es una labor tuya y mía! Porque México somos tú y yo. Y también tus hijos y los míos.
¿Cuáles son estos principios que mejorarán a nuestro país?
Sorprendentemente se trata de conceptos ampliamente conocidos y mencionados, pero también desdeñados. Los principios que México y los mexicanos debemos adoptar para nuestra reconstrucción son:
La Verdad (PRINCIPIO DE REALIDAD)
El Bien Común (PRINCIPIO DEL AMOR)
La elección (PRINCIPIO DEL PODER)
Basar nuestras vidas en estos principios tiene muchas implicaciones: cambios de paradigmas mentales y por tanto la redefinición de nuestros valores y cambios profundos en nuestros hábitos personales.
Mañana le sigo.
¡Tengo mucho por hacer hoy!
¡Los reamo!
Gabriela Torres de Moroso Bussetti

No hay comentarios:

Publicar un comentario