Sobre el gobierno de Guerrero

APUNTES DE UN VIEJO LÉPERO

Guerrero, ¿gobierno de fantasías?

Jeremías Marquines

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En poco más de tres meses que Ángel Aguirre lleva como gobernador del estado de Guerrero, la administración estatal es un caos. Por todas partes surgen grietas que van desde el imparable nepotismo, hasta las transas que los amigos de Ángel ya comienzan hacer con los dineros púbicos y el uso de los cargos que lograron como premio amistoso, pasando por secretarios de despacho que usan los recursos de las dependencias para hacer campaña política con vistas a las elecciones del próximo año.

Más que gobernar, Aguirre Rivero lo que hace son anuncios. Le importa mucho su imagen: quiere parecer, más que ser. Todos los días anuncia algo nuevo que no se lleva a la realidad, o a veces se realiza a medias o en partes. Así pasó con la entrega del apoyo a madres solteras del que sólo se hizo una entrega. Lo mismo pasará con el programa de los útiles y uniformes escolares del que solo en partes se va a cumplir. Un programa donde se están gastando unos 30 millones de pesos y del que no hay ninguna información, ni tampoco, que se sepa, se ha hecho algún tipo de licitación. La transparencia y la rendición de cuentas es algo con lo que está peleado este gobierno. Los nuevos programas sociales de Aguirre, sin supervisión del Congreso local, sin fiscalización independiente, ni de ningún organismo ciudadano, corren el riesgo de convertirse en el mayor atraco al presupuesto de que se tenga memoria.

El nuevo gobernador de Guerrero también anunció que ya comenzaba, en los siguientes meses, la construcción del metrobús de Acapulco; otro anuncio engaña pendejos como le llaman aquí, porque hasta la fecha tampoco hay licitación alguna, y la reforma de ley que pudiera permitir la inversión privada aún no está aprobada por los municipios. A esta larga suma de anuncios, se agrega el hasta ahora fallido programa de alfabetización donde se invierten varios millones de pesos. Recién, el gobernador de esta entidad acaba de promocionar la firma de un convenio con el segundo de la embajada de Cuba para formalizar el supuesto apoyo de ese país en la campaña alfabetizadora. Todos, menos el gobernador, saben que los cubanos son unos verdaderos timadores de gobiernos ingenuos, por eso son cada vez menos los que firman convenios con ese país en permanente crisis. La campaña alfabetizadora es un caos absoluto donde todos los que participan lo hacen cada uno por su lado.

A todo esto, la campaña de culto a la personalidad de un solo hombre y su esposa, sigue su curso a costa de los guerrerenses. A esta reprobable campaña de medios en la que se quema incienso a fantasiosos anuncios y declaraciones efectistas con los que se que evade hablar de la realidad violenta y sicótica de Guerrero, hay que sumar otro anuncio vergonzoso que acaba de hacer el gobernador Aguirre. Para documentar bien lo que significa un gobierno de fantasía, léase la siguiente nota publicada por el diario El Sur el día de hoy miércoles 27 de julio. El encabezado de la nota firmada por el reportero Luis Nava dice: Pone Aguirre la primera piedra de un hospital de Chilapa cuya construcción no ha sido licitada. Es tal la urgencia, la ansiedad del gobernador de Guerrero por salir en las fotos para que se hable bien de él, que no espera ni siquiera a que las obras comiencen y más rápido que pronto ya las vende como sus grandes logros. La nota de Luis Nava dice que el hospital de Chilapa tendrá un costo de 142 millones de pesos. Sin embargo, una obra con ese costo requiere obligadamente que se emita una la convocatoria de licitación, y hasta el momento el “señor” gobernador Aguirre Rivero y su secretario de Salud, Lázaro Mazón, no lo han hecho y ya se adelantaron poniendo la “la primera piedra” del Hospital Regional de Especialidades de Chilapa. Entonces, ¿cómo ven a este gobernador? La creación de obras imaginarias pero vendidas en los periódicos y noticieros ha sido la vieja especialidad de todos los gobernadores trácalas que ha tenido Guerrero. Qué lástima que el PRD se sume a esta comparsa de mentiras y simulaciones en vísperas de volver a pedir el voto ciudadano para sus candidatos.

Primera llamada. Primera. A propósito del voto, ya estamos ante el fenómeno de que los secretarios de despacho del nuevo gobierno de Ángel Aguirre utilizan los recursos económicos y humanos que les han sido confiados para el combate a la pobreza y la atención de las necesidades humanas para hacerse campaña política. Vemos muy activo a Lázaro Mazón, que por supuesto quiere colocar alcalde en Iguala y apoyar a regidores en Acapulco, vemos a Sofío Ramírez usando los recursos de la Secretaría de Desarrollo Rural al viejo estilo priísta para candidatearse para una senaduría; vemos a la secretaría de Educación, Silvia Romero, usando los problemas educativos para candidatearse por la alcaldía de Iguala que ha sido su sueño. Y también, a este grupo se suma el secretario de Desarrollo Social, David Jiménez que promueve intensamente sus acciones con vista a la alcaldía de Acapulco, son muchos los amigos de este secretario que están felices porque ya casi se sienten regidores…. Veremos.

Aguirre no termina de anunciar algo y ya se le está echando a perder. Es lo que pasó con la necedad de sostener en la Secretaría de Turismo a Graciela Báez, una señora recomendada por Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del DF. La gandallez de imponer a güevo a una persona ajena a las necesidades y la realidad de Guerrero, ha hecho que el turismo esté estancado y cada día más para abajo. Hay que agradecer a Aguirre y a Marcelo que el sector turístico esté profundamente dividido y confrontado por la nueva y prepotente secretaria de Turismo de Guerrero. Está claro que la consigna es quedar bien con Marcelo Ebrard más que con las y los guerrerenses que viven del turismo y esperan que ya se noten los avances.

Y como si no fuera suficiente el no ser querida y de que no ha dado ningún resultado en más de tres meses de gobierno, la secretaria de Turismo de Guerrero contrató a una empresa de algún amigo suyo del DF para que le promueva su demeritada imagen. Ha sido una constante de las recomendadas de Ebrard contratar a empresas de sus amigos del DF para que le presten servicios al gobierno del estado. Con esta acción no sólo ratifican su desinterés y falta de respeto por lo guerrerense, sino que ofenden a las empresas y prestadores de servicio locales y contradicen lo anunciado por Aguirre en su campaña de que en su gobierno solo contrataría a empresas locales.

Pero en este asunto del conflicto por el turismo, derivado del fracaso por haber perdido el Tianguis Turístico, el alcalde de Acapulco, Manuel Añorve no debería cantar victoria. Ciertamente, el gobernador tiene que deshacerse de la enviada de Marcelo Ebrard. Es más que necesario, para volver a unir el sector y dar resultados, que Graciela Báez tiene que irse de Guerrero porque le ha hecho más mal que bien a turismo. Pero también el alcalde de Acapulco tiene que despedir a su rijosa y trácala secretaria de Turismo, Erika Luhrs Cortés porque ha sido un obstáculo para lograr la correcta cooperación entre los distintos niveles de gobierno. Luhrs Cortés también está peleada con turismo federal y no sirve para gestionar nada, sumado a su conocida afición a la corrupción.

En concreto, el gobierno de Ángel Aguirre está en crisis y en caos absoluto. A todo lo antes relatado, se debe sumar el grave problema de inseguridad pública que atraviesa Guerrero. La violencia es tan aterradora que la vida nocturna de Acapulco y de muchas otras ciudades del estado ya no existe. El gobernador Ángel Aguirre pretende combatirla cerrando los ojos y trayendo a pasear a inútiles cónsules con cargos al erario público. Este fue otro fracaso de Graciela Báez y de Aguirre. Aparte de las acciones del gobierno federal, en Guerrero no hay ninguna estrategia para disminuir la violencia. No hay ni siquiera campañas que pretenden inhibir que jóvenes y niños se adhieran a este cáncer social. Lo que hay son puros anuncios, más anuncios, más, para que la gente crea que el llamado jefazo está cumpliendo.